"Neolaberinto"
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(óleo sobre tela) | Colección Hank Rhon
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Aunque un laberinto tradicional tiene una sola entrada de difícil reubucación para quien se aventure a entrar en su artera arquitectura homicida, el laberinto hecho de puras entradas que nos propone Sylvia Pardo en esta obra, parece ilustrar precisamente el concepto contrario. Por ello tituló Neolaberinto a este laberinto singular que desorienta doblemente a quien lo recorre al impedirle saber sí está adentro o afuera, para así hacerle creer que está libre cuando en realidad sigue preso: de manera que resulta tan letal como un dédalo tradicional y sólo lo habitan meras sombras sin cuerpo, aunque sus muros estén poblados de cuerpos emparedados. | Texto: Arturo Rosenblueth
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